sábado, 3 de enero de 2015

Sevilla, Ciudad Concepcionista



Desde que la crestería de plata de la Virgen de la Concepción asoma en San Antonio Abad, su paso camina como en busca de alguien que la reclama. Es la Catedral que quiere pedirle a su larga memoria el recuerdo de aquel Papa Pío IX, que proclamó el dogma que los primitivos nazarenos, intuyeron los primeros –Sevilla se le fue detrás-, y a uno de ellos, de ruán negro, portando la bandera del voto de 1615: "Quién como María sin pecado concebida".
    Esta noche hay una sensación de cielo que borra la duda de si estamos dejando marchitar tan dulce creencia mariana en la realidad diaria de Sevilla. Por eso pasan en un suspiro los pasos del Silencio, porque no persiguen sólo la contemplación sino dejarnos la corazonada de que aun perdura el espíritu sensible de esta ciudad. Capaz de mostrar a Cristo sacrificado con la suntuosidad de un Rey David vestido de la belleza de los lirios y a María de Nazaret transfigurada en perfume, aroma, esencia que nos limpia y purifica como un jardín que nos creciera dentro y responde: "Nadie como María sin pecado concebida".


Francisco José Vázquez Perea


Foto: Ramón Morales Reyes

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