"Sevilla un sueño levanta... ¡Al Cielo con este cielo llamado Semana Santa!" Antonio Burgos
domingo, 25 de octubre de 2015
martes, 13 de octubre de 2015
Saeta al Cristo de la Caridad en su Traslado al Sepulcro
domingo, 27 de septiembre de 2015
Nuestro Padre Jesús Cautivo en su salida extraordinaria.
26 de Septiembre de 2015, fecha que quedará en la memoria de una Hermandad que celebra su XXV aniversario, ya que su Titular, Nuestro Padre Jesús Cautivo, recorrió lugares que no son habituales en esta Corporación del Domingo de Ramos. Acompañado por la reorganizada Banda de Corneta y Tambores de Nuestro padre Jesús Cautivo, visitó todas las Hermandades de Penitencia de la localidad, portado por tres cuadrillas de costaleros, de los que se encontraban la cuadrillas de la Virgen de la Paz, antiguos costaleros del paso Cristo y de otras Hermandades de la Ciudad.
domingo, 28 de junio de 2015
San Pedro y Sanlúcar la Mayor
El Santísimo Cristo
de San Pedro (Joya del Siglo XIV) venerado en la Iglesia Parroquial de
Santa María La Mayor. Celebra Solemne quinario en su Honor durante la Semana
antes del Domingo de Pasión, siendo este
día cuando se realiza la Solemne Función Principal y el Solemne besapiés.
.
Santísimo Cristo de San Pedro en besapiés Foto: Ramón Morales Reyes |
Cuando por el año 1145 entran los almohades en España, y
debido a su arrollador empuje saqueador tanto al pueblo árabe como cristiano,
los árabes comienzan a construir recintos amurallados para protegerse de las
invasiones almohades. Sanlúcar fue una de esas poblaciones amuralladas y dentro
de ese recinto es donde los sanluqueños de la época ocultaron un cristo crucificado.
Tras la conquista de Sevilla por San Fernando en
1248, era de vital importancia ganar las fortalezas del Aljarafe, empresa que
llevó a cabo el futuro rey Alfonso X, quien organizó un ejército y se fue
apoderando de las fortalezas aljarafeñas. Sanlúcar fue conquistada el día 28 de
junio de 1251. Pronto llegó a Sevilla las noticias de esta victoria. Dentro del
recinto amurallado tenían lo árabes una Mezquita, y como el confesor de San
Fernando llegó a Sanlúcar el 29 de junio día de San Pedro, consagró la Mezquita
bajo la advocación del apóstol, diciendo la primera misa.
Apóstol San Pedro Foto: Ramón Morales reyes |
Con la conquista de Sanlúcar, acuden al sito en que
estaba oculto su cristo crucificado, pero al ver que se encontraba en un
lamentable estado, deciden la compra de otro nuevo, obra que se lleva a
cabo entorno a principio del año 1300. Esta imagen, cuya autoría no
podemos precisar, responde a la tendencia gótica de resaltar el sentimiento
religioso de la compasión de los dolores de Cristo.
El mérito de esta escultura ha merecido los honores
de figurar en la magnífica obra "Mil Joyas del Arte Español".
Actualmente, la Iglesia de San Pedro se encuentra en
un lamentable estado. Cerrado al culto,
jueves, 4 de junio de 2015
Libro de la Vida "Cap. 9"
Con carácter excepcional, y con motivo del V Centenario de Santa Teresa de Jesús, procesionó en la víspera del Corpus Christi por las calles del centro de la Ciudad de Sevilla, un paso en donde ser representaba la Conversión de Santa Teresa de Jesús. Inspirado en el capitulo 9 de su Obra "Libro de la Vida", se recrea una escena de la habitación, con un sillón carmelita y el escritorio. Una ángel dirige una flecha al pecho de la Santa y porta una filacteria con la inscripción "No os pido más que le miréis". La mirada de Santa teresa se clava en la del Hecce Homo allí presente.
La talla de las tres imágenes pertenecen al imaginero cordobés Francisco Romero Zafra, el paso fue cedido para la ocasión por la Hermandad de la Humildad de San Juan de Aznalfarache, y la Santa estrenaba un hábito bordado en oro sobre terciopelo pardo, de estilo romántico, obra de José Muñoz y Manuel Trujillo.
1. Pues ya andaba mi alma cansada
y, aunque quería, no le dejaban descansar las ruines costumbres que tenía.
Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá
a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de
Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal,
porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo
mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me
partía, y arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole
me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle.
2. Era yo muy devota de la gloriosa
Magdalena y muy muchas veces pensaba en su conversión, en especial cuando
comulgaba, que como sabía estaba allí cierto el Señor dentro de mí, poníame a sus
pies, pareciéndome no eran de desechar mis lágrimas. Y no sabía lo que decía,
que harto hacía quien por sí me las consentía derramar, pues tan presto se me
olvidaba aquel sentimiento. Y encomendábame a aquesta gloriosa Santa para que
me alcanzase perdón.
3. Mas esta postrera vez de esta
imagen que digo, me parece me aprovechó más, porque estaba ya muy desconfiada de
mí y ponía toda mi confianza en Dios. Paréceme le dije entonces que no me había
de levantar de allí hasta que hiciese lo que le suplicaba. Creo cierto me
aprovechó, porque fui mejorando mucho desde entonces.
4. Tenía este modo de oración:
que, como no podía discurrir con el entendimiento, procuraba representar a
Cristo dentro de mí, y hallábame mejor -a mi parecer- de las partes adonde le
veía más solo. Parecíame a mí que, estando solo y afligido, como persona necesitada
me había de admitir a mí. De estas simplicidades tenía muchas. En especial me
hallaba muy bien en la oración del Huerto. Allí era mi acompañarle. Pensaba en
aquel sudor y aflicción que allí había tenido, si podía. Deseaba limpiarle
aquel tan penoso sudor. Mas acuérdome que jamás osaba determinarme a hacerlo,
como se me representaban mis pecados tan graves. Estábame allí lo más que me
dejaban mis pensamientos con El, porque eran muchos los que me atormentaban.
Muchos años, las más noches antes que me durmiese, cuando para dormir me
encomendaba a Dios, siempre pensaba un poco en este paso de la oración del
Huerto, aun desde que no era monja, porque me dijeron se ganaban muchos perdones.
Y tengo para mí que por aquí ganó muy mucho mi alma, porque comencé a tener oración
sin saber qué era, y ya la costumbre tan ordinaria me hacía no dejar esto, como
el no dejar de santiguarme para dormir.
5. Pues tornando a lo que decía
del tormento que me daban los pensamientos, esto tiene este modo de proceder
sin discurso del entendimiento, que el alma ha de estar muy ganada o perdida,
digo perdida la consideración. En aprovechando, aprovecha mucho, porque es en
amar. Mas para llegar aquí es muy a su costa, salvo a personas que quiere el
Señor muy en breve llegarlas a oración de quietud, que yo conozco a algunas.
Para las que van por aquí es bueno un libro para presto recogerse.
Aprovechábame a mí también ver campo o agua, flores. En estas cosas hallaba yo
memoria del Criador, digo que me despertaban y recogían y servían de libro; y en
mi ingratitud y pecados. En cosas del cielo ni en cosas subidas, era mi
entendimiento tan grosero que jamás por jamás las pude imaginar, hasta que por
otro modo el Señor me las representó.
6. Tenía tan poca habilidad para
con el entendimiento representar cosas, que si no era lo que veía, no me
aprovechaba nada de mi imaginación, como hacen otras personas que pueden hacer representaciones
adonde se recogen. Yo sólo podía pensar en Cristo como hombre. Mas es así que
jamás le pude representar en mí, por más que leía su hermosura y veía imágenes,
sino como quien está ciego o a oscuras, que aunque habla con una persona y ve
que está con ella porque sabe cierto que está allí (digo que entiende y cree
que está allí, mas no la ve), de esta manera me acaecía a mí cuando pensaba en nuestro
Señor. A esta causa era tan amiga de imágenes. ¡Desventurados de los que por su
culpa pierden este bien! Bien parece que no aman al Señor, porque si ld amaran,
holgáranse de ver su retrato, como acá aun da contento ver el de quien se
quiere bien.
7. En este tiempo me dieron las Confesiones
de San Agustín, que parece el Señor lo ordenó, porque yo no las procuré ni
nunca las había visto. Yo soy muy aficionada a San Agustín, porque el monasterio
adonde estuve seglar era de su Orden y también por haber sido pecador, que en
los santos que después de serlo el Señor tornó a Sí hallaba yo mucho consuelo,
pareciéndome en ellos había de hallar ayuda y que como los había el Señor
perdonado, podía hacer a mí; salvo que una cosa me desconsolaba, como he dicho,
que a ellos sola una vez los había el Señor llamado y no tornaban a caer, y a
mí eran ya tantas, que esto me fatigaba. Mas considerando en el amor que me tenía,
tornaba a animarme, que de su misericordia jamás desconfié. De mí muchas veces.
8. ¡Oh, válgame Dios, cómo me espanta
la reciedumbre que tuvo mi alma, con tener tantas ayudas de Dios! Háceme estar
temerosa lo poco que podía conmigo y cuán atada me veía para no me determinar a
darme del todo a Dios. Como comencé a leer las Confesiones, paréceme me veía yo
allí. Comencé a encomendarme mucho a este glorioso Santo. Cuando llegué a su
conversión y leí cómo oyó aquella voz en el huerto, no me parece sino que el
Señor me la dio a mí, según sintió mi corazón. Estuve por gran rato que toda me
deshacía en lágrimas, y entre mí misma con gran aflicción y fatiga. ¡Oh, qué
sufre un alma, válgame Dios, por perder la libertad que había de tener de ser
señora, y qué de tormentos padece! Yo me admiro ahora cómo podía vivir en tanto
tormento. Sea Dios alabado, que me dio vida para salir de muerte tan mortal.
9. Paréceme que ganó grandes
fuerzas mi alma de la divina Majestad, y que debía oír mis clamores y haber
lástima de tantas lágrimas. Comenzóme a crecer la afición de estar más tiempo
con El y a quitarme de los ojos las ocasiones, porque, quitadas, luego
me volvía a amar a Su Majestad;
que bien entendía yo, a mi parecer, le amaba, mas no entendía en qué está el
amar de veras a Dios como lo había de entender. No me parece acababa yo de
disponerme a quererle servir, cuando Su Majestad me comenzaba a tornar a
regalar.
No parece sino que lo que otros procuran con gran trabajo adquirir, granjeaba el Señor conmigo que yo lo quisiese recibir, que era ya en estos postreros años darme gustos y regalos. Suplicar yo me los diese, ni ternura de devoción, jamás a ello me atreví; sólo le pedía me diese gracia para que no le ofendiese, y me perdonase mis grandes pecados. Como los veía tan grandes, aun desear regalos ni gustos nunca de advertencia osaba. Harto me parece hacía su piedad, y con verdad hacía mucha misericordia conmigo en consentirme delante de sí y traerme a su presencia; que veía yo, si tanto El no lo procurara, no viniera. Sola una vez en mi vida me acuerdo pedirle gustos, estando con que la misma fatiga de verme tan poco humilde me dio lo que me había atrevido a pedir. Bien sabía yo era lícito pedirla, mas parecíame a mí que lo es a los que están dispuestos con haber procurado lo que es verdadera devoción con todas sus fuerzas, que es no ofender a Dios y estar dispuestos y determinados para todo bien. Parecíame que aquellas mis lágrimas eran mujeriles y sin fuerza, pues no alcanzaba con ellas lo que deseaba. Pues con todo, creo me valieron; porque, como digo, en especial después de estas dos veces de tan gran compunción de ellas y fatiga de mi corazón, comencé más a darme a oración y a tratar menos en cosas que me dañasen, aunque aún no las dejaba del todo, sino -como digofueme ayudando Dios a desviarme. Como no estaba Su Majestad esperando sino algún aparejo en mí, fueron creciendo las mercedes espirituales de la manera que diré; cosa no usada darlas el Señor, sino a los que están en más limpieza de conciencia.
No parece sino que lo que otros procuran con gran trabajo adquirir, granjeaba el Señor conmigo que yo lo quisiese recibir, que era ya en estos postreros años darme gustos y regalos. Suplicar yo me los diese, ni ternura de devoción, jamás a ello me atreví; sólo le pedía me diese gracia para que no le ofendiese, y me perdonase mis grandes pecados. Como los veía tan grandes, aun desear regalos ni gustos nunca de advertencia osaba. Harto me parece hacía su piedad, y con verdad hacía mucha misericordia conmigo en consentirme delante de sí y traerme a su presencia; que veía yo, si tanto El no lo procurara, no viniera. Sola una vez en mi vida me acuerdo pedirle gustos, estando con que la misma fatiga de verme tan poco humilde me dio lo que me había atrevido a pedir. Bien sabía yo era lícito pedirla, mas parecíame a mí que lo es a los que están dispuestos con haber procurado lo que es verdadera devoción con todas sus fuerzas, que es no ofender a Dios y estar dispuestos y determinados para todo bien. Parecíame que aquellas mis lágrimas eran mujeriles y sin fuerza, pues no alcanzaba con ellas lo que deseaba. Pues con todo, creo me valieron; porque, como digo, en especial después de estas dos veces de tan gran compunción de ellas y fatiga de mi corazón, comencé más a darme a oración y a tratar menos en cosas que me dañasen, aunque aún no las dejaba del todo, sino -como digofueme ayudando Dios a desviarme. Como no estaba Su Majestad esperando sino algún aparejo en mí, fueron creciendo las mercedes espirituales de la manera que diré; cosa no usada darlas el Señor, sino a los que están en más limpieza de conciencia.
Capitulo 9 "Libro de la Vida"
Santa Teresa de Jesús
Foto: Ramón Morales Reyes
Foto: Ramón Morales Reyes
domingo, 31 de mayo de 2015
Auxilio de los Cristianos
María Auxiliadora de Sanlúcar la Mayor Foto: Ramón Morales Reyes |
Rendidos a tus plantas,
Reina y Señora,
los cristianos te aclaman
su Auxiliadora.
Yo tus auxilios
vengo a pedir,
Virgen Santisima,
ruega por mí.
De este mar tempestuoso
fúlgida estrella,
cada vez que te miro
eres mas bella.
Guíame al puerto
salvo y feliz,
Virgen Santísima,
ruega por mí.
En las horas de lucha
sé mi consuelo,
y al dejar esta vida
llevame al cielo.
En cuerpo y alma
me ofrezco a Ti,
Virgen Santísima,
ruega por mí.
Himno de María Auxiliadora
sábado, 16 de mayo de 2015
Ante el Cristo de la Buena Muerte
Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla
Foto: Ramón Morales Reyes
|
¡Cristo de la Buena Muerte,
el de la faz amorosa,
tronchada como una rosa,
sobre el blanco cuerpo inerte
que en el madero reposa.
¿Quién pudo de tal manera
darte esta noble y severa
majestad llena de calma?
No fue una mano: fue un alma
la que talló tu madera.
Fue, Señor, que el que tallaba
tu figura, con tal celo
y con tal ansia te amaba,
que, a fuerza de amor, llevaba
dentro del alma el modelo.
Fue, que, al tallarte, sentía
un ansia tan verdadera,
que en arrobos le sumía
y cuajaba en la madera
lo que en arrobos veía.
Fue que ese rostro, Señor,
y esa ternura al tallarte,
y esa expresión de dolor,
más que milagros del arte,
fueron milagros de amor.
Fue, en fin, que ya no pudieron
sus manos llegar a tanto,
y desmayadas cayeron...
¡y los ángeles te hicieronel de la faz amorosa,
tronchada como una rosa,
sobre el blanco cuerpo inerte
que en el madero reposa.
¿Quién pudo de tal manera
darte esta noble y severa
majestad llena de calma?
No fue una mano: fue un alma
la que talló tu madera.
Fue, Señor, que el que tallaba
tu figura, con tal celo
y con tal ansia te amaba,
que, a fuerza de amor, llevaba
dentro del alma el modelo.
Fue, que, al tallarte, sentía
un ansia tan verdadera,
que en arrobos le sumía
y cuajaba en la madera
lo que en arrobos veía.
Fue que ese rostro, Señor,
y esa ternura al tallarte,
y esa expresión de dolor,
más que milagros del arte,
fueron milagros de amor.
Fue, en fin, que ya no pudieron
sus manos llegar a tanto,
y desmayadas cayeron...
con sus manos, mientras tanto!
Por eso a tus pies postrado;
por tus dolores herido
de un dolor desconsolado;
ante tu imagen vencido
y ante tu Cruz humillado,
siento unas ansias fogosas
de abrazarte y bendecirte,
y ante tus plantas piadosas,
quiero decirte mil cosas
que no se cómo decirte...
¡Frente que, herida de amor,
te rindes de sufrimientos
sobre el pecho del Señor
como los lirios que, en flor,
tronchan, al paso, los vientos!
Brazos rígidos y yertos,
por tres garfios traspasados
que aquí estáis; por mis pecados
para recibirme, abiertos,
para esperarme, clavados.
¡Cuerpo llagado de amores,!
yo te adoro y yo te sigo;
yo, Señor de los señores,
quiero partir tus dolores
subiendo a la cruz contigo.
Quiero en la vida seguirte,
y por sus caminos irte
alabando y bendiciendo,
y bendecirte sufriendo,
y muriendo bendecirte.
por tus dolores herido
de un dolor desconsolado;
ante tu imagen vencido
y ante tu Cruz humillado,
siento unas ansias fogosas
de abrazarte y bendecirte,
y ante tus plantas piadosas,
quiero decirte mil cosas
que no se cómo decirte...
¡Frente que, herida de amor,
te rindes de sufrimientos
sobre el pecho del Señor
como los lirios que, en flor,
tronchan, al paso, los vientos!
Brazos rígidos y yertos,
por tres garfios traspasados
que aquí estáis; por mis pecados
para recibirme, abiertos,
para esperarme, clavados.
¡Cuerpo llagado de amores,!
yo te adoro y yo te sigo;
yo, Señor de los señores,
quiero partir tus dolores
subiendo a la cruz contigo.
Quiero en la vida seguirte,
y por sus caminos irte
alabando y bendiciendo,
y bendecirte sufriendo,
y muriendo bendecirte.
Quiero, Señor, en tu encanto
tener mis sentidos presos,
y, unido a tu cuerpo santo,
mojar tu rostro con llanto,
secar tu llanto con besos.
Quiero, en santo desvarío,
besando tu rostro frio,
besando tu cuerpo inerte,
llamarte mil veces mío...
¡Cristo de la Buena Muerte!
tener mis sentidos presos,
y, unido a tu cuerpo santo,
mojar tu rostro con llanto,
secar tu llanto con besos.
Quiero, en santo desvarío,
besando tu rostro frio,
besando tu cuerpo inerte,
llamarte mil veces mío...
¡Cristo de la Buena Muerte!
Y Tú, Rey de las bondades,
que mueres por tu bondad
muéstrame con claridad
la Verdad de las verdades
que es sobre toda verdad.
Que mi alma, en Ti prisionera
vaya fuera de su centro
por la vida bullanguera;
que no le lleguen adentro
las algazaras de fuera;
que no ame la poquedad
de cosas que, van y vienen;
que adore la austeridad
de estos sentires que tienen
sabores de eternidad;
que no turbe mi conciencia
la opinión del mundo necio;
que aprenda, Señor, la ciencia
de ver con indiferencia
la adulación y el desprecio;
que sienta una dulce herida
de ansia de amor desmedida;
que ame tu Ciencia y tu Luz;
que vaya, en fin, por la vida
como Tú estás en la Cruz:
de sangre los pies cubiertos,
llagadas de amor las manos,
los ojos al mundo muertos,
y los dos brazos abiertos
para todos mis hermanos.
que mueres por tu bondad
muéstrame con claridad
la Verdad de las verdades
que es sobre toda verdad.
Que mi alma, en Ti prisionera
vaya fuera de su centro
por la vida bullanguera;
que no le lleguen adentro
las algazaras de fuera;
que no ame la poquedad
de cosas que, van y vienen;
que adore la austeridad
de estos sentires que tienen
sabores de eternidad;
que no turbe mi conciencia
la opinión del mundo necio;
que aprenda, Señor, la ciencia
de ver con indiferencia
la adulación y el desprecio;
que sienta una dulce herida
de ansia de amor desmedida;
que ame tu Ciencia y tu Luz;
que vaya, en fin, por la vida
como Tú estás en la Cruz:
de sangre los pies cubiertos,
llagadas de amor las manos,
los ojos al mundo muertos,
y los dos brazos abiertos
para todos mis hermanos.
Señor, aunque no merezco
que tu escuches mi quejido;
por la muerte que has sufrido,
escucha lo que te ofrezco
y escucha lo que te pido:
A ofrecerte, Señor, vengo
mi ser, mi vida, mi amor,
mi alegría, mi dolor;
cuanto puedo y cuanto tengo;
cuanto me has dado, Señor.
Y a cambio de esta alma llena
de amor que vengo a ofrecerte,
dame una vida serena
y una muerte santa y buena.
¡Cristo de la Buena Muerte!
que tu escuches mi quejido;
por la muerte que has sufrido,
escucha lo que te ofrezco
y escucha lo que te pido:
A ofrecerte, Señor, vengo
mi ser, mi vida, mi amor,
mi alegría, mi dolor;
cuanto puedo y cuanto tengo;
cuanto me has dado, Señor.
Y a cambio de esta alma llena
de amor que vengo a ofrecerte,
dame una vida serena
y una muerte santa y buena.
¡Cristo de la Buena Muerte!
José María Pemán
domingo, 10 de mayo de 2015
Gran Poder de Sevilla
sábado, 11 de abril de 2015
domingo, 8 de marzo de 2015
Banda de CC. y TT. Ntro. Padre Jesús de los Remedios (Castilleja de la Cuesta)
Concierto integro que ofreció la Banda Cornetas y Tambores Ntro. Padre Jesús de los Remedios de Castilleja de la Cuesta, en el certamen de bandas que organizó la Hermandad de Nuestro Padre Jesús y María santísima de la Concepción de Sanlúcar la Mayor, celebrado el día de Andalucía en la Casa de la Cultura de la citada localidad.
En su intervención interpretaron las siguientes composiciones:
Ave María
Refúgiame
Jesús de los Arrieros
Santa Marta
Esperanza y Vida
Al Señor del Barrio Alto
Pasión Muerte y Resurrección
La banda de CC. Y TT. Nuestro Padre Jesús de los Remedios, de la localidad Sevillana de Castilleja de la Cuesta, en su historia ha tenido dos etapas en las que el público presente seguramente han podido disfrutar de sus sones.
Su primera etapa comienza con 25 hombres, en el año 1979, en su mayoría
niños y adolescentes que pertenecieron a la banda San Juan Bosco del club
C.I.T.A. (Club Infantil Tres Amigos) fundado en Castilleja de la Cuesta por el
que fue obispo de Jerez Don Rafael Bellido Caro.
En un principio estuvo al frente como director Manuel García Reyes, a
quien sustituyó Adolfo Vera Romero y, por último, Rafael Luque Márquez más
conocido por “El Tiquita”, que la guió por los senderos del mundo de la música
cofrade hasta su desaparición después de la semana santa de 2000.
En 1980, el día 1 de Junio, fue contratada por la Hermandad del Redil
Eucarístico de la Divina Pastora de las Almas de Sevilla, siendo esta la
primera actuación de la historia de la banda, no obstante un mes más tarde el
24 de Julio de 1980, la banda fue presentada a nuestra hermandad en las Fiestas
Patronales de Castilleja de la Cuesta en honor a Santiago Apóstol.
En la década de los 80, la banda se hizo frecuente dentro del aljarafe
sevillano acompañando a hermandades con nombre en la provincia, recorriendo
gran variedad de pueblos señeros como Sanlúcar la Mayor, donde a día de hoy,
todavía se recuerdan los sones de esa banda. Ya a finales de esta década, la
banda sufrió dificultades que provocando casi su desaparición. Cogiendo
nuevamente las riendas Manuel García Reyes, y con el volviendo mucho de los
primitivos componentes, la banda volvió a tener el nivel requerido logrando
hacer estación de penitencia en Sevilla, acompañando al Cristo de las Penas de
la Hermandad de la Estrella. Después de ese año hubo varias transiciones en la
dirección de la banda siendo finalmente Rafael Luque Márquez, quien se pusiera
al frente de la misma.
Con el llegaron grandes éxitos y ya no solo era conocida en Sevilla y su
provincia, ahora era conocida por toda Andalucía, llegando a pocesionar en la
semana santa Cordobesa y Onubense. Durante la década de los 90 la banda
acompaño durante varios años a tan grandioso misterio de la Piedad, de la
Hermandad del Baratillo. En el año 1990 por motivo de su décimo aniversario se
graba el primero de sus discos, titulado “…De la Plaza”, años más tardes en
1995, grabaron un nuevo disco con marchas propias titulado “Tarde de Viernes
Santo”. Solo dos años después en 1997, se graba el tercer y último disco titulado
“Mi estación de Penitencia”.
El Viernes Santo del año 2000 la banda acompaña musicalmente por última
vez a Nuestro Padre Jesús de los Remedios, desapareciendo meses después y
siendo este el fin de su primera etapa.
Años más tardes se intento recuperar nuestra formación musical, incluso
llegando a tocar un Domingo de Resurrección por las calles de Castilleja de la
Cuesta, pero aun así los esfuerzos fueron en vano y desapareciendo nuevamente.
Tras ocho años de espera, gracias a un grupo de chavales de y al apoyo e
ilusión de la hermandad por ver de nuevo su banda tras su Cristo de los
Remedios, comienza una nueva etapa en su andadura, exactamente el 2 de Junio de
2008 y presentándola a la hermandad un 24 de Julio, otra vez en las Fiestas
Patronales en Honor a Santiago Apóstol. Actualmente la banda está dirigida por
Marco Antonio Vía Suarez y Juan Antonio Rodríguez Carmona, y haciendo una gran
labor como director música Francisco José Álvarez Marín.
Gracias al trabajo diario de todos sus componentes, la banda de “La
Plaza” como es popularmente conocida, tocara este año tras varias hermandades
del Aljarafe sevillanos como son el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz de
Salteras en la tarde del Miércoles Santo y al Santísimo Cristo de la Vera-Cruz
de Benacazón en la tarde noche del Jueves Santo. Y acompañara después de nueve
años de ausencia el Viernes Santo a Nuestro Padre Jesús de los Remedios de
Castilleja de la Cuesta.
Texto extraído del blog perteneciente a la Banda:
http://bandadelosremedios.blogspot.com.es/p/historia.html
Texto extraído del blog perteneciente a la Banda:
http://bandadelosremedios.blogspot.com.es/p/historia.html
martes, 10 de febrero de 2015
Ego Sum
Con el título Ego Sum, llegó la Hermandad de San Gonzalo al Círculo Mercantil de Sevilla, con una exposición enfocada a transmitir el culto intenso a sus titulares. Esta es una pequeña muestra de lo que allí se mostró durante los día que duró la exposición.
viernes, 30 de enero de 2015
La Humildad de Cristo
“…Cuánta humildad la de Cristo, atado a la columna del
martirio. Qué mansedumbre ante la fiereza cruenta, de los que rasgan sus
divinas carnes con los azotes del pecado!…”
Manuel Morillo Pacheco
Cristo de la Humildad y Paciencia de la Hermandad de la Vera-Cruz de Sanlúcar la Mayor
Foto: Ramón Morales Reyes |
lunes, 26 de enero de 2015
Una Hebrea sevillana
Una Hebrea sevillana
por el Baratillo viene
y a su vástago sostiene
tan divina como humana.
Piedad ya suena a campana
de tañido celestial.
Lo distinto se hace igual
mientras te sueña Sevilla
con el arco por Capilla
del Barrio del Arenal.
Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp
domingo, 25 de enero de 2015
Cruz para estar en ella.
"Cruz para estar en ella, que es trono de Rey, Cristo de la Expiración: es el barroco dorado de este paso, la altura de su canastilla, y la fligrana de sus candelabros, el imponente trono para Cristo que viene del Museo, mirando al cielo, apunto de morir. Calla, que ni fuerzas tiene para hablar, todo está dicho; pero en las cuatro esquinas del trono, que sus paso, los Evangelistas dan razón de su Palabra. Palabra de Rey. Palabra de Dios. Déjame subir hasta tus pies con un beso que signifique ¡gracias!"
Jose Luis Peinado Merchante
Foto: Ramón Morales Reyes |
martes, 20 de enero de 2015
Coplas al Cristo del Calvario
Dulcisímo Cordero.
divino Redentor,
quisistes en un madero
morir por nuestro amor.
Dios, por el hombre ha muerto,
y una lumbre divina
el Calvario ilumina
de radiante esplendor.
Esa luz es el puerto,
esa lumbre es el faro,
el refugio y el amparo
del triste pecador.
¡Oh Pan sin levadura,
Cordero de la Cena!
rompiste la cadena
de nuestra esclavitud.
Para darnos soltura
te hicistes prisionero,
moristes en unn madero
para darnos la salud.
Señor, eres camino
y de ultrajes te llenan
Verdad, y te condenan.
Vida, y mueres de amor,
¡Oh, milagro divino,
Cristo Crucificado!
¡Oh, Corazón Sagrado,
todo amor y piedad!
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