¡Dios te salve, Macarena,
Madre de los sevillanos,
Paz y vida!
¡La que alivia toda pena;
la que cura con sus manos
toda herida!
¡Dios te salve, luz del cielo,
siempre estrella y siempre aurora
de bonanza!
¡La que ampara todo anhelo;
la divina sembradora
de esperanza!
¡Dios te salve, María,
Madre de Gracia llena;
Alma de Andalucía,
sol de la Macarena!
(Para el consuelo):
¿Por qué lloras, Madre Mía,
tan hermosa y doloría,
si no hay en la Macarena
quien no te ofrezca su vía
para quitarte la pena?
Joaquín y Serafín Álvarez Quintero
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Foto: Ramón Morales Reyes |